Seguridad
"En la Argentina tenemos una larga tradición de espionaje interno" nota a Alberto Binder
Nota al genial Alberto Binder quien nos ilustra sobre el real funcionamiento de los servicios de inteligencia y la relación espuria con los tribunales de Comodoro Py. Entrevista hecha por Ariel Larroude.
Poco se sabe sobre los servicios de
inteligencia en nuestro país. En pocas palabras, qué son y qué función debieran
cumplir en un Estado de derecho?
- La Agencia Federal de Inteligencia debe proveer información a las autoridades
nacionales para que puedan tomar decisiones en temas estratégicos o prevenir
crisis; se trata de un sistema de búsqueda información en fuentes abiertas y,
eventualmente, de producción de información a través de agentes de campo, pero
en todo caso es un centro de análisis de esa investigación orientada a la
prevención de riesgos provenientes del exterior. Al mismo tiempo busca tener
información y, eventualmente contrarrestar y protegernos, de la acción de
servicios de inteligencia de otros países que puedan recabar o robar
información sensible de nuestro país. Nada tiene que ver con la investigación
de casos penales, ni es una entidad que pueda realizar acciones, ni siquiera
preventivas. Eso lo hace siempre a través de otros órganos, como el Ministerio
de Seguridad o Defensa.
En razón de lo anterior, qué función
cumplen en la realmente estos servicios?
- Bueno, en la Argentina tenemos una larga tradición de espionaje interno, que
viene de la época de la dictadura y que luego fue funcional a los distintos
gobiernos democráticos hasta el presente. Desde el atentado a la embajada de
Israel y la Amia se intensifico las relaciones impropias entre los servicios de
inteligencia y la justicia y ello ha provocado una degradación dela justicia
federal penal y una degradación equivalente de la capacidad de análisis de los
servicios de inteligencia. De allí en más, muy irresponsablemente - y a veces
de un modo delictivo- la justicia penal le abrió las puertas a los agentes de
inteligencia para que actuaran, en el mejor de los casos, como policías de investigación.
Los resquicios de la Ley de Inteligencia, que no pudieron cerrarse hasta el
presente, fueron interpretados del modo más laxo. Es una de las causas más
importantes de la degradación y corrupción de la justicia federal penal, en
particular de la capital federal.
Desde la reestructuración de la AFI,
cómo ves la gestión de los servicios de inteligencia en lo que va del Macrismo?
Encontrás algún plan serio en Política Criminal?
- El gobierno actual comienza la gestión derogando el decreto que había tratado
de poner un poco de orden en los sistemas de inteligencia hacia finales del
gobierno anterior y restaura el típico funcionamiento espurio, ahondando las
relaciones con la justicia penal federal. Se volvió al sistema antiguo, que tanto
sostuvo el gobierno anterior, hasta la crisis, y que sostiene el sistema
actual, con grave peligro para nuestra democracia.
Más allá de la discreción de las
actividades de sus agentes, pensas que estos servicios deben responder a los
intereses políticos poder de turno o deben responder a políticas de Estado,
ajenas a la bandera partidaria?
- La respuesta es obvia, la democracia necesita tomar decisiones inteligentes
en el largo plazo, para eso se necesita un sistema de inteligencia profesional,
preparado, con una enorme capacidad de análisis, no operadores de calle y
operadores judiciales. Eso es ilegal, trucho y nos deja sin las verdaderas
funciones que necesitas.
Es innegable la relación entre los
servicios y la justicia federal, más desde el atentado a la AMIA. De hecho, vos
sos uno de sus críticos más férreos...Ahora bien, ves que la justicia federal
ha ganado un mayor protagonismo durante el Macrismo?
- Si, en el peor de los sentidos, creo - con mi talante optimista- que es una
crisis terminar, una muestra pública y hasta obscena de su degradación. Que los
políticos que le prometieron respeto a las instituciones a la población sigan
haciendo lo mismo, es otro de los fraudes pos-electorales que caracteriza a
nuestra vida política.